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Extracto:Desde las icónicas norias a los espectáculos llenos de celebrities, Coachella parece un día de ensueño de la cultura pop. Así es realmente en persona.
Coachella es un popular festival en el sur de California que está lleno de celebrities, artistas estrella y obras de arte instagrameables.
Pero la experiencia era demasiado cara y desorganizada.
Aunque lo pasé bien, después de todo, no tengo pensado volver.
Coachella no es sino una experiencia. Desde la icónica noria, a las impresionantes instalaciones artísticas, o las auténticas estrellas y las celebrities que llenan los espectáculos,parece un día de ensueño para los amantes de la cultura pop. Nunca olvidaré mi experiencia (por muchas razones), pero Coachella no estuvo a la altura de mis expectativas. Tanto que no creo que vuelva.
No me malinterpretéis, Coachella ha tenido algunos de los espectáculos y actuaciones en directo más impresionantes que he visto.Beyoncé fue perfecta y me sorprendió completamente. Pero más allá de su estelar actuación y del paisaje soleado y etéreo, la experiencia fue menos perfecta.
La comida y el alcohol no son del todo buenos y eran muy caros
Al principio, cuando vi todas las posibilidades para comer que iba a ofrecer el Coachella, estaba bastante emocionada. Tenían de todo, desde perritos calientes de maíz a ramen, pero casi nada de ello estaba a la altura de las expectativas. No ayudó que un simple perrito caliente costara entre 11 y 14 dólares. Según mi estimación, es un dólar por mordisco. Había solo dos opciones de cerveza en los escenarios más grandes donde se realizaban todas las grandes actuaciones y la bebida costaba 11 dólares.
Varias tiendas de campaña en el festival tenían diferentes tipos de bebidas, pero esas tampoco valían su elevado precio. Un amigo pidió una sangría elprimer día y dijo que sabía a limonada y albahaca. Nunca volvió a pedir otra.
No puedes beber alcohol fuera de las pequeñas áreas designadas
La primera vez que supe que no podría llevar cerveza a las zonas más grandes del festival me sentí como un niño siendo regañado por tirar zumo en la alfombra. Pero después lo pensé un momento y me di cuenta de que estaban manteniendo a los bebedores de cerveza en cuarentena para mantener limpias las zonas del escenario.
Sin embargo, esto no debería ser algo de lo que nos enteráramos después de llegar. Coachella mandó múltiples emails promocionando las bebidas y comidas durante el fin de semana, pero no vimos en ninguna parte que sólo se podría consumir alcohol en las zonas destinadas a ello.
Las fuentes para llenar agua son lamentables
Nuestras botellas reutilizables de agua resultaron tener otro uso durante el fin de semana, ciertamente no se utilizaron para su cometido original. El primer día del festival, nos llevó casi una hora encontrar la primera fuente con agua. Era pequeña, estaba en la parte de atrás del parque y casi no estaba señalizada.
Con las fuentes ubicadas en las zonas más remotas de los parques, básicamente los asistentes del festival en el desierto se ven obligados o a comprar agua. Una botella de plástico de agua cuesta 2 dólares y acabé comprando agua cada día.
El reciclaje deja mucho que desear
La mayor parte de los festivales en los que he estado (e incluso eventos deportivos) se enorgullecen de reducir las emisiones y los residuos, y hacen todo lo posible para proporcionar papeleras extra para reciclar. Coachella tiene papeleras para reciclar y para residuos orgánicos pero la mayoría, como las fuentes de agua, no están señalizadas y son difíciles de encontrar.
Parece que el festival optó antes por una estética vintage para los contenedores que por convertirlos en algo práctico. Y cuando estás comprando docenas de botellas de plástico al día, terminas sintiéndote culpable por la cantidad de residuos de plástico que no van a ser reciclados.
Parecía irónico que las fuentes de agua promovieran tirar más plásticos al mar. El festival hizo un débil intento de ser sostenible.
El viaje diario supone más de dos horas por trayecto
El primer día de festival, estimamos una hora para llegar al recinto y pasar las puertas antes del primer espectáculo que queríamos ver. Nos llevó más del doble de tiempo llegar dentro.Como ni mis amigos ni yo acampábamos, íbamos hasta una parada de autobús cada día, esperábamos al autobús, nos llevaba hasta el recinto y después esperábamos en la cola de entrada para que nos escanearan las pulseras y pasáramos el control de seguridad.
La primera noche que nos fuimos fue una de las peores noches que he experimentado recientemente. Como estábamos en el desierto, había como 10 grados de temperatura, y estuvimos en la cola del autobús hasta las 2.30 de la madrugada, una hora y media después de que el último concierto terminara. Estuvimos apiñados, hombro con hombro, en una cola interminable viendo salir un autobús tras otro sin nosotros. No había agua en la cola, así que cualquiera que se encontrara mal, cansado o las dos cosas no podía hacer nada para remediarlo y la peor parte era saber que tendríamos que hacer lo mismo a lo largo del resto del fin de semana.
En varios puntos, consideré todas las opciones, desde robar un caballo para que me llevara a casa hasta pedir un préstamo para alquilar un helicóptero privado. Después de todo, no llegamos a casa hasta las 3.15 de la madrugada, dos horas más tarde de que el último concierto terminara.
Las colas estaban fuera de control
Cuando finalmente nos bajamos del autobús el primer día, nos recibió una masa de gente empujando que se dirigía a la entrada a escanear sus pulseras. No había colas, ni barreras, sólo una multitud de personas que hacía un embudo hacia una pequeña zona. Era caótico y estresante y parecía como si hubiera docenas de colas, que se podrían haber remediado con medidas como más seguridad o contratando a más gente para escanear las pulseras de entrada.
Se trata de un festival que dedica un año entero a preparar dos fines de semana, así que en mi opinión no hay excusa par el caos que se creó tanto para entrar como para salir. Es algo que no había experimentado en ningún otro festival de música en el que haya estado. Sólo había una entrada para los abonos generales y cada día era una locura pasar por las puertas del festival. Después de unas horas de ajetreo,simplemente acepté el calor del desierto y me convertí en una ciruela seca.
Los baños portátiles exigen que hombres y mujeres usaran retretes diferentes.
Nunca he estado en un festival, o cualquier evento que utilice baños portátiles que impliquen que los hombres y las mujeres utilicen retretes separados.Me pareció arcaico y, sinceramente, un poco atrasado establecer una política estricta sobre dónde puede orinar la gente.En una ocasión, empecé a caminar accidentalmente hacia el lado de los hombres de los baños portátiles y una mujer me agarró y me señaló la dirección correcta.
El festival fue divertido, pero fue también una decepción tras otra.
¿Recordaré el Coachella como una experiencia emocionante? Completamente. Pero lo atribuiría especialmente a las personas con las que estaba y ala increíble casa que alquilamos en Palm Springs. Los músicos y las estrellas invitadas estuvieron a la altura de las expectativas y merecieron la pena de acuerdo al precio de la entrada, pero casi todo lo demás me decepcionó.
Quizás si tuviera un pase VIP y me invitarán a las fiestas de la piscina con Kendall y Kylie Jenner, sería más glamuroso y merecería la pena. La realidad es que al final del día, compartíamos grandes recuerdos de bonitas actuaciones,pero nos dejaron sucios, cansados, sedientos y preguntándonos si caminar hasta casa sería más rápido que esperar el autobús.
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